La importancia del sueño en el Bienestar

Créame usted, los recuerdos, desvelan más que el café (Anónimo)

De todas las dimensiones del Bienestar el sueño es probablemente la que mayor impacto tiene en nuestra salud y a la que menos importancia se le presta.

Un cuerpo sano y bien nutrido no necesita hacer deporte para sobrevivir y puede pasar más de 40 días sin comer, pero sólo hay un caso documentado de una persona que haya aguantado 11 días sin dormir (el estudiante Randy Gardner en 1965).

Según la Sociedad Española de Neurología al menos un 10% de la población española sufre algún trastorno de sueño crónico y grave, entre un 20-48% de la población adulta sufre, en algún momento de su vida, dificultad para iniciar o mantener el sueño.  Según la misma fuente, un 32% de la población española se despierta con la sensación de no haber tenido un sueño reparador y un 35% finaliza el día muy cansado.

La población adulta española duerme de media 6,43 horas diarias, por debajo de las ocho horas recomendadas y se estima que el 4% del total de la población en España toma somníferos (ansiolíticos, hipnóticos, antidepresivos o antihistamínicos, etc.)

Aun así, la mayoría de los programas de bienestar ponen foco en el ejercicio físico, la nutrición y el mindfulness, pero no se suele poner foco en la importancia del descanso y especialmente del sueño.

¿Por qué pasa esto?

Porque en la mayoría de los casos no se aborda el insomnio como un problema sino como una situación con la que puedes vivir y hacer tu vida normal, como si la falta de sueño no tuviera un efecto importante en nuestra salud. En parte por desconocimiento y en parte porque mucha gente siente que, a pesar de haber dormido poco, puede llevar a cabo sus actividades diarias, aunque se sientan cansados o de mal humor.

Incluso llegamos a admirar a personas que duermen poco. Famosos como Elon Musk, Donald Trump o Richard Branson, entre muchos otros, presumen de dormir pocas por lo que asociamos dormir poco con éxito, productividad o fortaleza.

La realidad es que cuando no se consigue dormir adecuadamente nuestra capacidad intelectual y rendimiento cognitivo se ven afectados. Dormir poco puede favorecer la aparición de enfermedades mentales (ansiedad y depresión), cardiocirculatorias (hipertensión arterial), infecciosas (por compromiso del sistema inmunológico) o endocrinológicas (diabetes).

En los últimos años se están producido cambios de hábitos que están teniendo mucho impacto en la cantidad y calidad del sueño. El aumento de trabajos nocturnos, el incremento del uso de pantallas de dispositivos móviles y ordenadores, antes de dormir y en general alteración de la luz en momentos donde ya no debería existir.  Estas actividades reducen la producción de melatonina y limitan reducción de la actividad neuronal.

Si bien es cierto que las necesidades de sueño cambian en cada persona, de acuerdo con la edad, el estado de salud, y otros factores, podemos resumir que el tiempo ideal de sueño es aquel que nos permita realizar actividades diarias con normalidad. 

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra calidad de sueño?

 Existen múltiples hábitos probados que nos pueden ayudar a dormir mejor, probablemente has oído hablar de casi todos ellos. Los más importantes serían:

  • No cenar de manera copiosa y al menos dos horas antes de irnos a la cama
  • Hacer ejercicio de manera regular.
  • Limitar el consumo de café.
  • Acostarnos a la misma hora cada día.
  • Evitar pantallas las dos horas antes de irnos a la cama.
  • Exponernos a luz natural por la mañana.
  • Bajar las persianas para evitar la luz durante la noche

Más allá de estos hábitos, se puede abordar el desafío del sueño con una estrategia vital más completa. De todos los métodos que hemos estudiado los más interesantes que conocemos nos parecen estos dos:

  1. El método R90 del coach del sueño, Nick Littlehales. Además de leer el libro puedes ver un resumen aquí.
  2. El método de las 7D de Jana Fernández a la que tuvimos ocasión de entrevistar en el canal aprendemos Juntos del BBVA. Puedes ver la entrevista completa aquí.

Dormir es una actividad necesaria, porque con ella restablecemos el equilibrio físico y psicológico básico de nuestro cuerpo. Debemos prestar atención y darle la importancia que merece a los síntomas asociados a de falta de sueño, los beneficios físicos y mentales de dormir bien son mucho mayores de lo que imaginamos.